Volvemos, en definitiva, a lo mismo de lo que ya hemos hablado en otras ocasiones: nuestra responsabilidad social valorada, en este caso, desde un punto de vista medioambiental y a la apuesta por el desarrollo sostenible, el consumo responsable y la importancia de las pequeñas acciones cotidianas para preservar el medio ambiente.
En nuestras manos y en las tuyas está asegurar el futuro de las generaciones venideras y las de tus propios hijos e hijas, por lo que «Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha», en palabras de Víctor Hugo. Así es, tal como nos dice el escritor francés, es triste pensar que hacemos oídos sordos a la llamada de auxilio del planeta. Sin embargo, tenemos buenos motivos para ser optimistas: cada día más gente está concienciada de las repercusiones de sus actos, y existe un gran número de Organizaciones No Gubernamentales, entidades y agrupaciones que luchan constantemente por preservar el medio ambiente, con campañas de intervención directa, como las llevadas a cabo por WWF o Greenpeace.
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